
Al cruzar el gran puente y antes de dar un paso por el sendero de madera que nos conduce al interior del parque, el cosquilleo empieza a notarse en el estómago. Adentrarse en Bioparc es viajar hasta el corazón de África y descubrir sus seductores parajes y los animales que en ellos habitan.

Para exprimir al máximo la experiencia de este safari, las instrucciones a seguir pasan por recorrer los diferentes hábitats de la ruta con los ojos bien abiertos y el ánimo dispuesto a dejarse sorprender.
Una vez estamos dentro, comienza la aventura. Los flamencos nos dan la bienvenida. Su atractivo color rosa nos lo confirma: estamos ante un espectáculo de la naturaleza. A partir de aquí encontramos fosas, pelícanos, hipopótamos pigmeo, nutrias, grullas, cercopitecos y bongos, búfalos rojos, potamóqueros…

Si continuamos nuestro recorrido puede que, por un momento, la pantera negra y el leopardo que juegan juntos levanten la mirada para ver quién los observa. Será un segundo, de inmediato retomarán su ocupación: dar zarpazos y divertirse revolcándose por la hierba.
Unos pasos más allá, nos entretendremos observando la familia de chimpancés, viendo cómo se asean los unos a los otros y cómo les gusta descansar al sol. Y en nuestro acercamiento a los primates, llegará un momento sobrecogedor, ese en el que la mirada de los gorilas de costa se cruzará con la nuestra. Ese en el que nos daremos cuenta del enorme parecido que existe entre él y nosotros. Ese que nos hará comprender por qué es un animal a quien todos respetan.
Y si seguimos caminando, mientras nos preguntamos qué será lo siguiente, llegaremos hasta el lugar donde habitan los cocodrilos, y los veremos con su enorme boca abierta al sol. Y en la siguiente parada, en un bosque de preciosos baobabs nos toparemos con los enormes elefantes africanos de sabana, el mamífero terrestre más grande que existe. Y nos volveremos a sorprender.

Y para completar el cúmulo de sensaciones, una bonita estampa, la de las jirafas, antílopes, impalas y aves campando tranquilamente por la sabana verde. Y aún veremos a los simpáticas suricatas, aún nos impactará la majestuosidad de la melena del rey de la selva y aún, si somos fieles a nuestro espíritu de exploradores y llegamos al final del parque, nos adentraremos en una de las zonas más atractivas del Bioparc, Madagascar, con los lémures saltando de árbol en árbol y correteando de un lado a otro.

Y será así, con estos pequeños peludos de cola anillada correteando por nuestros pies como pondremos punto final a nuestro breve, pero intenso, viaje por tierras africanas.
BIOPARC Valencia Av Pio Baroja, 3, 46015 Valencia
Entrada Gratis para niños menores de 4 años.