La etiqueta de ‘el pulmón de Madrid’ que persigue al Parque del Retiro de Madrid hace tiempo que se le quedó pequeña. Este icónico parque que brota con fuerza en la jungla del asfalto no es simplemente un espacio verde, con todas las bondades que ello conlleva…Buena parte de la historia de Madrid se pude tejer caminando por sus sendas. Testigo directo de la vida y pasado de la capital, ofrece mucho más de lo que a primera vista podría parecer.

Reconozco que éste, es uno de los lugares de la ciudad que más me ha ido cautivando según lo he ido conociendo. Su historia se comienza a escribir a principios del Siglo XVII cuando todos estos terrenos son regalados al monarca Felipe IV para que haga de esta inmensa propiedad un lugar para el “retiro” espiritual del monarca, de ahí el nombre que todavía arrastra. No obstante, fueron famosas las representaciones teatrales así como las fiestas o los simulacros de batallas navales que tuvieron lugar en su estanque. Así que de tranquilidad, en aquella época, más bien poca.

Hay que recordar que hasta 1868 este impresionante parque no pasó a ser propiedad municipal y por lo tanto, de uso y disfrute de casi todos los ciudadanos. Para entonces sus casi 120 hectáreas habían visto casi de todo, desde trabajar a pleno rendimiento a la Real Fábrica de Porcelana que en él se levantó, hasta la construcción del Real Observatorio Astronómico pasando por las fortificaciones militares de las tropas de Napoleón durante la Guerra de la Independencia. Está claro que, en este parque, cada etapa de la vida de Madrid ha dejado su poso y espíritu.

En la actualidad el Retiro nos sigue reservando decenas de lugares en los que detenernos mientras paseamos tranquilamente, desde el espectacular monumento a Alfonso XII junto al estanque, hasta la enigmática estatua del Ángel Caído, una escultura casi única en el mundo y que “casualmente” se encuentra a 666 metros de altura con respecto del nivel del mar. Pero si lo que queremos es una ruta más sosegada, entonces, deberemos dirigir nuestros pasos hacia el Palacio de Cristal, éste, junto al lago artificial que nace a sus pies, nos regala una de las postales más románticas de todo Madrid. Por supuesto, el Retiro no ha sido ajeno a la aparición de leyendas como la que dice que, escondido con celo, guarda un tesoro oculto desde hace más de cuatro siglos. ¿Quién se aventura a buscarlo?

Deportistas, parejas, familias, curiosos, amantes de la fotografía… el Parque del Retiro tiene una cualidad y es que en él confluyen a partes iguales tanto madrileños como turistas. Un lugar recomendable para cualquier estado de ánimo y en cualquier época del año. Nunca defrauda y siempre sorprende. Madrid no se entiende sin el Retiro y viceversa. Basta un simple paseo para darse cuenta de eso.

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