Calle de la tradición y las tendencias

Las ciudades están en continuo cambio y varían o evolucionan con el paso de los años. Las calles se transforman, los locales comerciales cambian y, cuando te das cuenta la calle en la creciste, tiene un aspecto muy diferente al que un día tuvo. Pero hay lugares que con el paso de los años siguen intactos, fieles a la imagen que retienes en tu memoria. Es el caso de la calle Músico Peydró, llamada popularmente “calle de las cestas”. Paseando por ella vuelvo a tener seis años y voy de la mano de mi madre.

Valencia tiene una larga tradición cestera. Muchas de las cesterías ubicadas en la calle Músico Peydró y los alrededores del mercado Central pertenecen a un selecto grupo de comercios históricos que llevan abiertos más de tres generaciones. Los artesanos establecieron sus talleres y tiendas en pleno centro de la ciudad y muchas han sobrevivido llegando hasta nuestros días. No hay mejor lugar para salir de compras en Valencia para los amantes de tradición y moda.

Originalmente, las cestas eran un mero utensilio de trabajo para el campo; se utilizaban para la recolección de frutas y verduras. Con el tiempo los usos han cambiado pero la forma de realizar las cestas sigue siendo la misma. Es un proceso totalmente manual en el que los artesanos utilizan fibras vegetales como el mimbre o la paja.

Las cesterías viven la calle y tienen expuestos muchos de sus productos en la puerta de los establecimientos ante los ojos de los viandantes. Todas ellas ofrecen uno de los complementos más chic para lucir por la ciudad o en la playa. Los capazos de palma o esparto son, año tras año, un accesorio imprescindible en los outfits más estilosos. Además, en las cesterías podemos comprar otros productos artesanales como muebles de madera, tronas clásicas para niños, cestas para alimentos, juguetes, mobiliario de mimbre o enea para el jardín…

Lo artesanal se ha convertido hoy en día en algo muy valorado. Los artículos fabricados en cadena carecen de la singularidad que aporta lo hecho a mano. Los productos artesanales, como son cestas o capazos, tienen ese punto más auténtico y creativo. Muchas veces caemos en lo estandarizado pensando que es la opción más económica y accesible, sin imaginar que por muy poco más podemos conseguir un accesorio o un mueble más original o incluso hecho a medida. En la llamada calle de las cestas sobrevive una tradición capaz de dar un toque personal y distintivo a nuestra casa y a nuestros looks.

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