En los últimos años la panadería creativa se ha ido acercando cada vez más al público de a pie. Se vuelve a valorar lo artesano pero también se busca aquel punto de creatividad que es diferenciador entre un producto y otro.

En Barcelona podemos encontrar diferentes panaderías que se han hecho famosas por la calidad de sus productos y en las que podemos decir que una imagen de marca bien trabajada y años de tradición también ha ayudado.

Es el caso de Turris, Panes Creativos de Daniel Jordà y Boldú.

Turris se diferencia del resto de panaderías por su filosofía, quiere recuperar el pan de siempre, las recetas y la forma de hacerlo. Cada mañana en cada una de sus tiendas se puede ver cómo trabajan en el obrador creando la masa madre y horneando el pan del día. Xavier Barriga es un defensor del pan artesano, vuelve a los orígenes y le da mucha importancia al proceso de investigación que le permite crear nuevos panes o dar vida a recetas que se tenían olvidadas. Nuevos sabores, nuevas texturas o simplemente recuperar la forma en la que se ha hecho el pan durante toda la vida dejando atrás las masas precongeladas a las que nos tienen acostumbrados la mayoría de hornos. Mis “panes” preferidos de Turris son el “pa de núvol”, el panecillo de leche con pepitas de chocolate, los panes de viena (tienen un sabor increíble!), el pan de cuatro puntas (para todos aquellos que os peleáis por la punta) y si me permitís incluiré el bizcocho de piña, porque en Turris aunque son especialistas en hacer pan tienen muchísima variedad y los dulces son dignos de mención.

Una historia parecida es la de Panes Creativos by Daniel Jordà, en su caso incluso encontramos un punto más de creatividad en sus panes. Los hay de sabores como por ejemplo de tomate, de curry y hasta de tinta de calamar. Son ideales para haces platos innovadores y para acompañar comidas en las que queramos sorprender a los comensales.

Y por último Boldú, más que por su pan, esta panadería se ha hecho famosas en los últimos años por sus Boldnuts. El donut tradicional se reinventa en forma de hombrecillo de jengibre pero con masa esponjosa y con un baño crujiente de azúcares que lo hace diferente a todos los donuts que hayáis probado hasta el momento.

Si crees que hay otro lugar que debería estar en nuestra lista, dinos cuál y nos acercaremos de propio a saborear sus panaderías para ver si merece estar en esta selección!

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