La gastronomía granadina representa la cocina tradicional arábigo-andaluza: por una parte, la herencia árabe que perduró debido a la presencia de los moriscos, y que se hace notoria en el uso de las especias; y, por otra, la gran variedad de materias primas que existe en la provincia, que viene determinada por las grandes diferencias meteorológicas de las distintas comarcas de Granada. Entre sus platos tradicionales, destaca un suculento guiso granadino, la olla de San Antón, así como las habas con jamón de Trevélez, característico por ser muy suave al paladar. No obstante, la gastronomía de la zona es enormemente rica.