El origen de la gastronomía de las islas Canarias se remonta al pueblo guanche, sus primeros habitantes de origen bereber, quienes llegaron a las islas trayendo consigo sus cultivos (principalmente trigo, maíz y cebada) y sus rebaños de cabras y ovejas. Su dieta también incluía mariscos, cerdo y algunos frutos como dátiles, tunos, aguacates y plátanos. Con la llegada de los romanos, desembarcaron en las islas los higos y las aceitunas, y con la posterior conquista castellana las islas se convirtieron en una estratégica escala durante los viajes a América, introduciendo así algunos de los ingredientes que llegaban del Nuevo Mundo.