Málaga es la capital de la Costa del Sol y, como su nombre bien indica, este astro luce esplendoroso buena parte del año, convirtiendo la urbe en la eterna ciudad de la primavera. Por esta razón, es importantísima la protección y el cuidado de la piel a causa de los rayos UVA y otros muchos factores para no descuidar el aspecto de nuestra cara. Además, es recomendable hacerse un tratamiento facial de vez en cuando, una manera de cuidar el cutis en profundidad y dar respuesta a sus necesidades, en función de su tipología.
La cara es la primera carta de presentación ante los demás. Por ello, que luzca sana y limpia debería ser nuestra prioridad. A veces, en la dermis tenemos problemas que no sabemos solucionar, y es ahí cuando debemos acudir a un experto que nos ayude. Para ello es imprescindible comenzar con la combinación de masajes y cosmética. En casa podemos hacernos una serie de cuidados superficiales, lavarnos con un gel específico, ponernos mascarillas de vez en cuando, hacernos algún peeling, usar tónicos y cremas hidratantes... Pero la cara necesita tratamientos a nivel medio y a nivel profundo, y para ello deberemos a acudir a una clínica estética.
Dependiendo de la zona y del motivo en concreto por el que necesitemos el tratamiento, tendremos para elegir diferentes variantes, todas ellas certificadas con garantías de calidad y eficacia. Existen diferentes alternativas para la hidratación de la piel. Una de las más famosas es la mesoterapia, que, combinada con la luz pulsada, ofrece excelentes resultados. También se emplea para aumentar luminosidad de la piel, lo que nos quitará años de encima. Otro aspecto que preocupa son las arrugas, fácilmente combatibles con rellenos de ácido hialurónico o poliláctico. La flacidez se combate con los rellenos anteriores y con la radiofrecuencia. El fotorrejuvenecimiento, con luz pulsada, es uno de los tratamientos más demandados para eliminar las manchas.
Desde Hedonai, en el centro de Málaga, en el edificio de El Corte Inglés de la avenida de Andalucía, nos ayudan a reducir las imperfecciones de nuestra cara, pero también nos dan unas pautas a seguir que son básicas para su cuidado: purificar con leche limpiadora y algodón; tonificar la piel con tónicos o astringentes; nutrirla con cremas específicas y protegerla con cremas humectantes. Hábitos que nos ayudarán a la hora de ir a la clínica a recibir nuestro tratamiento.